Rafa Nadal tiró de la épica que lo llevó a ser el número uno del ranking ATP para acabar con un Ferrer que le puso las cosas muy difíciles. El tenista manacorense tuvo que remontar y necesitó por primera vez los tres sets, en el presente torneo de Madrid, para ganar a un rival. Nadal dio la impresión de finalizar el último set lesionado, pero aún así lo solventó en blanco.

Empezó a jugar Nadal sin rastros de las pequeñas molestias que había mostrado ante Youzhny, pero muy errático. Cometió numerosos errores no forzados e incluso su mejorado saque le falló: en el segundo punto ya había cometido su primera doble falta.

Ferrer llegaba con la lección bien aprendida. Sabía que el mallorquín había tenido problemas durante el torneo con las dejadas y tiró de ese recurso. Además obligó a jugar con el revés a dos manos Nadal, su arma menos temible.

El tenista de Jávea estaba jugando con inteligencia y efectividad, veía que Rafa era incapaz de meter los puntos más arriesgados dentro de la pista y dejó que fuese él quien comprometiese y dirigiese el partido.
Nadal estaba fuera del partido y un nuevo 'time warning' acabo de sacarlo. El tenista ya se había mostrado este miércoles poco alegre por las advertencias de los jueces pero en esta ocasión se le vio realmente molesto. Cuando se quiso dar cuenta el juego se le había puesto 1-4 en contra y no daba la sensación de poder dar la vuelta a esa primera manga.

Desde la tribuna este se escuchó un "Vamos Rafa céntrate" que abucheó el público de la Caja Mágica, pero que curiosamente tuvo efecto en Nadal. Ganó ese juego y desplegó su mejor juego de todo el torneo. Un punto de revés cortado y otro con un globo espectacular empataban la primera manga. Pero Ferrer quiso demostrar que no ha llegado a ser un jugador del Top-5 por casualidad.

El tenista valenciano mostró su repertorio, golpes con un ángulo muy abierto y si Nadal conseguía contrarrestarlos, su subida valiente a la red para volear al lugar contrario evitaba que el mallorquín culminase la reacción. Desde el 2007 no conseguía Ferrer ganar un primer set a Rafa.

El segundo set empezaba más igualado, pero con una cara más agresiva de Nadal. Consiguió dos juegos consecutivos en blanco el balear, sin embargo Ferrer aún tenía que dar su brazo a torcer y no estaba por la labor. Respondió ajustando varias bolas a las líneas laterales, imposibles para Nadal y de nuevo, el dominio de la volea  ponía a tiro las semifinales para el de Jávea.

Dos dobles faltas en el momento más inoportuno impidieron la victoria de Ferrer. Nadal se dispuso a aprovechar la pájara del valenciano. El juego se igualó y dejó grandes intercambios, los mejores puntos del partido también eran los mejores del torneo.

Nadal tira de casta

Acostumbrado a barrer en las rondas anteriores, Nadal se resistía a despedirse de la pista madrileña y sacó todo el repertorio que le quedaba, también toda la casta y garra. Llegaba a todo Ferrer pero Rafa consiguió forzar y ganar el 'tie-break'. Habría tercer set.

La inyección de moral fue decisiva para Nadal. El mallorquín veía recompensada su lucha y su buen juego. En el tercer set era el mallorquín quien llegaba a todo y el que metía la pelota en sitios imposibles. El número uno había vuelto a ser la apisonadora que trituraba a sus rivales.

Todo iba sobre ruedas para Rafa cuando llegó el susto. En una pelota exigente de Ferrer, tiró la raqueta al suelo y se le vio un gesto claro de preocupación. La Caja Mágica contuvo la respiración y los fotógrafos no paraban de disparar. Nadal se echó las manos a la cara, fue a su sitio y bebió. El público ovacionó al tenista y este se dispuso a seguir.  Con su servicio, sin apenas exigirse, se llevo el quinto set y tampoco necesito grandes movimientos para cerrar un set en blanco.

Rafa Nadal había conseguido una meritoria y épica victoria. Saludó desde el centro de la pista y no se volvieron a ver los gestos de dolor. Madrid volverá a ver al mallorquín en una semifinal del torneo.

Fuente | La información