José Mourinho parece decidido a lanzar un último reto a Florentino Pérez y a la prensa antes de su despedida. El portugués, que ya sabe que en caso de ganar será Casillas el que levante la Copa al cielo del Bernabéu, no tiene ninguna intención de presentarse en la rueda de prensa oficial previa a la final de Copa. Juega al ratón y al gato. La federación le quiere en el Bernabéu a las ocho de la tarde, es lo único que el club blanco ha confirmado respecto a la conferencia de prensa, para vender el producto, vender la final, algo que sí que hará Simeone a las seis y media de la tarde, minutos antes de dirigir el entrenamiento de su equipo en el recinto madridista.

Los dirigentes de la Federación han pedido a los del Real Madrid que fuercen, que presionen al portugués, pero Mourinho parece decidido a realizar un último desplante. Al parecer, el técnico está molesto con la prohibición expresa del club de la rueda de prensa del pasado viernes y, en especial, del alineamiento de los que pisan la zona noble del Bernabéu con los jugadores en los últimos días. Lo cierto es que a los dirigentes de la entidad madridista tampoco les preocupa en exceso que no hable llegado el caso. Creen que así evitará que algún incendio que se encuentra dormido, adquiere virulencia de nuevo. O incluso que no aparezcan otros de nueva creación.

A diferencia de la Champions, invitar a Karanka a que se persone ante los medios de comunicación en la previa del último partido de la Copa no lleva consigo multa alguna, circunstancia que sí que sucede en la máxima competición continental. No hay una tarifa que especifique la sanción por no cumplir el contrato suscrito entre los equipos y UEFA. Se analiza cada caso y, por ejemplo, Ferguson, fue multado con 10.000 euros por no hablar tras el partido de vuelta ante el Real Madrid. En esta ocasión, es más una cuestión moral y de imagen, que económica. La final de Copa es puro simbolismo por la presencia del Rey y muchos lo consideran el mejor partido del año.

En la última semana el diálogo entre Mourinho y los jugadores apenas ha existido. El portugués se ha alejado del grupo y la plantilla ha llevado al pie de la letra el mensaje que el presidente lanzó a los dos capitanes. "Nada de conflictos. Unión y grupo". Y por si lo dudaban ahí tienen la comida que el pasado martes todos los jugadores llevaron a cabo en el restaurante Filandón y en la que, por supuesto, no estaba ni Mourinho ni ninguno de sus ayudantes. No esperen placa de recuerdo el día de su despedida.

En los últimos días se ha especulado sobre la posibilidad de que Casillas no entrara en la convocatoria como última venganza del técnico respecto al enfrentamiento que ha mantenido con el portero. El portugués ha desistido de la idea, ya que se vista o no, y siempre y cuando el Real Madrid conquiste la Copa, el capitán sería el encargado de recibir la Copa de manos de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos.

(El Confidencial)