No más de cinco medios locales esperan a pie de césped a que Klopp se decida a hablar después del entrenamiento, lo que aquí es habitual en la jornada postpartido. El técnico aparece conduciendo un carrito de golf a toda la velocidad que le permite el vehículo.
"Es un acto privado, un compromiso", decepciona a los presentes antes de meterse en la pequeña caseta que hace de sala de prensa con dos niños y sus padres. No tarda más de cinco minutos. El técnico sale y vuelve a montarse en su vehículo eléctrico. "¡Míster Klopp! ¿Sabe lo que se está hablando en Madrid?". Hemos captado su atención. "¿Qué se comenta?". Le preguntamos si conoce las míticas remontadas del Madrid de los años 80, como la del Borussia Moenchengladbach. "Que aquí ganó 5-1 y en el Bernabéu". Y nos interrumpe: "Sí, conozco la historia de las remontadas. Y allí le dieron la vuelta al marcador". Insistimos: "Pero es que hay una larga lista, antes el Derby County, el Inter dos veces, el Rijeka, el Anderlecht". Klopp permanece sentado, pensativo y luego levanta la cara con una sonrisa: "Nadie ha dicho que esto estuviera hecho ni que estuviéramos en la final".

Y tiene razón. El Borussia (su técnico y todos los jugadores) fueron más que comedidos en sus declaraciones después del partido de Champions a pesar del 4-1. "Hemos dado sólo un paso", fue la frase más repetida. Pero casi sin querer, en ese momento nos hemos convertido ya en la avanzadilla de lo que significa el miedo escénico, y le seguimos explicando: "Era otro Madrid, plagado de jugadores con casta como Juanito, Stielike, Santillana, Camacho y jóvenes con calidad. La Quinta del Buitre". Y asiente relajado varias veces, mostrando que esos nombres no le son desconocidos. Y tras atusarse unos segundo la perilla de la barba con los dedos pulgar e índice, ahora con gesto preocupado, vuelve a arrancarse: "Es normal que en Madrid se cree esa atmósfera. Yo intentaría hacer lo mismo. Hace mucho tiempo que no están en la final. El problema es que nosotros también queremos estar en ella". Parece no haber tiempo para más. El buggy arranca de nuevo.

Al contrario que sucedía en la historia de enfrentamientos recientes entre Madrid y Bayern, los jugadores del Borussia han tenido una conducta ejemplar y nada bravucona. Sólo Blaszczikowski, casi sin querer, pronunció la palabra "guerra" refiriéndose a lo mentalizados que están para el partido ante el Madrid: "Es el encuentro más importante de la historia reciente de este equipo y para la mayoría de nosotros. Dimos un paso el miércoles, pero el próximo martes hay que dar el siguiente. Tenemos un gran respeto al Madrid, pero también somos conscientes de nuestra calidad. Se trata de que demos todo en el campo. En la vida y en el fútbol he visto muchas cosas difíciles (por las remontadas). En el Bernabéu puede pasar de todo, pero estamos preparados para la guerra. Tampoco esperábamos nosotros ganar 4-1 en Dortmund, y teniendo en cuenta el inmenso potencial que tiene el Madrid habrá que estar muy despiertos". Despiertos e ilusionados. Esta joven plantilla de 24 años de media ha demostrado tener arrojo (dos victorias y un empate ante el Madrid, ocho goles a favor, cuatro en contra), pero saben del runrún de remontada en el que se moverán en el Bernabéu. "Nadie podrá acusarnos de que jugamos en el Bernabéu a medio gas", sentenció el director general Watzke. Ha llegado la hora de la verdad...

Fuente | As